Belmanso es una casa situada en un pueblo sin nombre porque el cartel había sido arrancado para ser reconvertido en la pieza de un fusil o en el casco de un compatriota. Del mismo modo que las personas que sobreviven a la guerra, los lugares también sobreviven al abandono, pero necesitan de nuevas almas que les insuflen la vida que perdieron. La convulsa Francia del siglo XX, marcada a fuego por los coletazos de la guerra de Argelia y por las dos Guerras Mundiales, es el escenario de esta novela que habla de la eterna necesidad de soñar, de triunfos y de derrotas, pero sobre todo de las infinitas formas de amar.