Gracián es, junto a Lope de Vega, una de las últimas figuras del barroco literario de los Siglos de Oro españoles. Jesuita y adepto a la filosofía estoica, Gracián compuso estas dos obras bajo seudónimo para evitar las presiones de sus superiores. El discreto se conforma como una guía sobre la elocuencia, la elegancia, la delicadeza y la seducción, mientras que el Oráculo manual es presentado como una recopilación de aforismos alrededor de la dignidad del hombre. Gracián propugna en su obra el justo medio, el equilibrio entre el exterior y el interior del hombre en aras de la felicidad, a la vez que se escuda en un aparente pesimismo para criticar con gran acierto a la sociedad de su época.