Los Ensayos críticos e históricos recogen una serie de escritos sobre temas diversos, principalmente de su época anglicana y publicados originalmente de forma dispersa, que Newman decidió reunir después de su conversión al catolicismo en dos volúmenes acompañados de apéndices o notas que dan razón de su propia evolución. De este modo, más que una antología de textos definitivos sobre la materia o de un puñado de afirmaciones inamovibles, los Ensayos constituyen un modo particularmente interesante de contemplar el itinerario intelectual de Newman. «El hilo conductor, la constante que revelan estos textos, es una intensa y dilatada defensa newmaniana de lo católico, desde una preocupación por la identidad que se muestra en tres grandes líneas de discurso. La primera es la mencionada búsqueda de la esencia católica en la Patrística, que delata una auténtica forma mentis en el autor. [...] La segunda línea de discurso sobre el problema de la identidad es la que afecta no ya al tema de lo católico en general sino a la catolicidad de la Iglesia de Inglaterra en particular. [...] La tercera constante o línea de discurso dentro de esta preocupación por la identidad afecta a la persona del propio Newman». (Del prólogo de Gabriel Insausti) «Para la mentalidad común, el mero hecho de que se discuta una doctrina es prueba de que esa doctrina es discutible. Y el espectáculo de dos facciones enfrentadas por una gran cuestión eclesiástica desde la lectura de un mismo autor tiende a suscitar en esa mentalidad común de los hombres un hábito de liberalismo, escepticismo o desencanto acerca de la verdad religiosa. Soy consciente de que el curso de mi vida y los escritos que lo han jalonado son susceptibles de recibir este reproche. Lo único que puedo alegar es que esta desgracia ha venido dada por mi posición: la de un hombre que, por circunstancias muy diversas, durante muchos años se ha visto obligado a pensar en voz alta. ¿Quién entre nosotros se alegraría, o podría al menos soportar que todos sus pensamientos se pusieran por escrito de inmediato, a medida que los acontecimientos los provocasen? Pues éste ha sido mi destino». (De la advertencia del autor)