La parresía (hablar caracterizado por la veracidad), fue el último gran problema abordado por su autor a lo largo de sus años finales. Foucault encontraba en la parresía una relación con la verdad distinta a la que había dominado nuestra cultura, que él juzgaba críticamente; una articulación diferente entre tres conceptos que conforman el núcleo de su obra: sujeto (subjetividad), saber (verdad, veridicción) y poder (gobierno). Foucault desarrolla el concepto de parresía en dos sentidos. Uno tiene lugar en el espacio público, se refiere al derecho del ciudadano libre a hablar francamente al soberano o poderoso y el otro se practica en la esfera privada, se refiere al cuidado del sí. El ejercicio de la verdad es vehículo para lograr la propia libertad.