El impacto de la Segunda Guerra Mundial y los conflictos políticos en Argentina alimentan esta novela de Onetti, que anticipa personajes y espacios imaginarios que poblarán sus obras posteriores. Un grupo de marginados, cuyo único deseo es huir de la capital rioplatense desgastada y sucia que ya no los atrae, divaga en torno a una isla polinesia, Faruru, que es el único lugar del mundo en el que se puede no hacer nada sin hacerle mal a nadie y sin que nadie se interese... Un paraíso para los sueños que acaba sucumbiendo ante la cruda realidad. Julio María Sanguinetti dijo...
«Leer a Onetti es un acto religioso. O se produce una comunión profunda o, de lo contrario, se le habrá leído pero no entendido.»