Durante la juventud, nos enfrentamos a los retos más importantes de toda nuestra vida. En la infancia son los padres los que toman las decisiones por nosotros y, durante la vida adulta, esas decisiones son consecuencia de lo que decidimos cuando éramos jóvenes. Si durante la adolescencia tomamos las decisiones acertadas el resto del viaje consistirá en mantenerlas y cosechar los frutos.