¿Qué tienen en común una chica que se arroja desde una decimosexta planta, un necrolector,
un vagabundo filósofo, una enigmática joven rusa, la Mafia, un tipo con once dedos
exproxeneta y novelista retirado, una prostituta pariente de la Justine de Sade, un botín
millonario robado, una huida y una implacable persecución?
Sobrevivir como modo de pensar, como la melodía que atraviesa y cierra Dátrebil, fórmula
narrativa pura, sin cortar, de la vida.
Un caleidoscopio distópico en el que el lenguaje poético y el metadiscurso artístico se
imbrican magistralmente, como es habitual en las novelas de Pedro, con la acción y una
destreza visual cinematográfica que lo sitúan entre los escritores más interesantes del
panorama literario actual.