Entre las dos guerras mundiales y sobre todo tras la subida de Hitler al poder, Alemania mantuvo en secreto un tratado de desarrollo armamentístico con la joven Unión Soviética. En este extraño pacto los germanos aportaron su tecnología y los rusos sus inmensos territorios.
La Guerra Civil Española les brindó el campo de pruebas ideal para sus nuevos modelos de aviones, tanques, cañones y armas aún más siniestras.