Bértele, a los 19 años, emigró solo y sin hablar la lengua del país. Gracias a otros compatriotas y a su tesón, iniciativa y valía personal, consiguió trabajar en España en las más variopintas tareas: albañil, jardinero, comercial, armador de barco... y como empresario de varios negocios, ya por entonces conocido como "El Suabo". De la mano de su mujer, Ceci, adquirió una tercera cultura, la de Colombia, país que también le ha proporcionado múltiples aventuras y oportunidades de negocio en la segunda mitad de su vida.