Inmersos en noticias de huracanes azotando las costas, de un aumento del nivel del mar que amenaza con hacer desaparecer a países enteros y de incendios forestales arrasando extensas zonas del planeta, no es de extrañar que la lucha contra el calentamiento global se haya convertido en una de las prioridades de los gobiernos de todo el mundo. En los últimos diez años, hemos pasado de discutir sobre si el cambio climático es real a apostar sobre cuánto tardará en extinguirse la vida en la Tierra. Los niños viven angustiados ante semejante relato de su futuro y los adultos se preguntan incluso si es ético traer más vidas al mundo. Bjorn Lomborg cree que nos convendría analizar más de cerca y sosegadamente algunos de estos argumentos antes de dejarnos arrastrar por el pánico. Sostiene que el cambio climático, aunque real, no es la amenaza apocalíptica que nos han dicho que es. No hay evidencia científica, por ejemplo, de que el mundo esté sufriendo más sequías, incendios forestales o huracanes que nunca. En definitiva, el pánico desatado por el cambio climático se basa en mala ciencia y genera políticas y decis