A priori el Concilio Vaticano II y «Nosaltres, els valencians» de Joan Fuster no tienen nada en común, pero en la revista Saó confluyen alianzas insospechadas. Escrita íntegramente en catalán, Saó fue fundada en 1976 por un grupo de cristianos progresistas valencianistas influidos por el aperturismo del concilio que facilitó el camino al uso de las lenguas vernáculas en la liturgia, a los cuales se unieron intelectuales y periodistas nacionalistas ?agnósticos y de izquierdas? imbuidos por las ideas de Fuster sobre la identidad valenciana. El choque identitario de la sociedad valenciana durante la Transición, con el consiguiente ascenso del blaverismo, hizo converger católicos y no creyentes. Este libro se adentra en los orígenes de Saó y su lucha, en años convulsos, para conseguir una auténtica Iglesia valenciana y la normalización cultural y lingüística del pueblo valenciano.