La historia escrita por los vencedores nos dijo siempre que la violencia de los «días rojos» había sido equiparable a la franquista. Macabra contabilidad de muertos que ni en Moguer ni casi ningún otro sitio se mantiene. Al centenar y medio de asesinatos franquistas sólo precedió una muerte a manos de los «rojos»...
Así, al justificar la violencia a partir de relatos falsos, el franquismo aunó la destrucción física del movimiento obrero y sindical de los años treinta con la supresión premeditada y sistemática de su memoria. Se inauguraba lo que Orihuela llama un franquismo sociológico que arrastra su espesa afonía hasta nuestros días. La investigación que anima este libro se desarrolla en el pueblo de Moguer. Un pueblo que, durante los años de la República, se sacude lentamente el sistema caciquil y que vive con entusiasmo e ilusión la victoria del Frente Popular. Un pueblo que vivirá la sublevación franquista desde primera línea...