El joven heredero filipino Crisóstomo Ibarra, regresa al archipiélago tras unos años de formación en Europa, habiendo pasado algún tiempo en Suiza y en España. La muerte de su padre en la cárcel y las circunstancias de su entierro despertarán en el hijo un sentimiento de odio hacia el omnipotente padre Dámaso que acabarán por acarrear su perdición. Una historia sorprendentemente parecida a la del propio Rizal.