Desde la trágica muerte de su prometida, Puma McKinnely tiene un serio problema: a pesar de haberlo intentado todo, es incapaz de mantener relaciones con una mujer, de modo que acude al peor burdel de la ciudad en un intento desesperado por resolver su problema. Allí le ofrecerán los servicios de Mara, una chica nueva que, con toda seguridad, le hará disfrutar de nuevo; y, efectivamente, el deseo lo inflama tan pronto como la ve.
Pero, cuando Mara, incluso bajo los efectos de una droga, da muerte a la dueña del burdel y su esbirro, Puma es consciente por primera vez de que la chica no estaba allí por propia voluntad. Decide entonces alejarla de aquel lugar mientras aún permanece drogada. y se promete a sí mismo que cuidará de aquella menuda y frágil muchacha que tanta pasión despierta en él.
Sin embargo, no ha contado con la terquedad de Mara, que se niega a contraer matrimonio con él a pesar de su precaria situación.