Charlotte Perkins Gilman se consideraba una humanista y opinaba que el entorno doméstico oprimía a las mujeres a través de las creencias patriarcales que la sociedad conservaba. Sostenía que las contribuciones de las mujeres a la civilización, a lo largo de la historia, habían sido contenidas debido a una cultura androcéntrica; y creía que la independencia económica era lo único que realmente podría traer la libertad para las mujeres y hacerlas iguales a los hombres.