Monica Dickens, bisnieta de Charles Dickens, hija de un abogado, educada en colegios privados de Londres y París, presentada en la corte, no había sido criada para trabajar. Sin embargo, decidió buscar empleo como doncella y cocinera. Su origen social, que debía ocultar para no despertar la incredulidad de quienes la contrataran, la obligó de todos modos a interpretar un papel y daría pie a multitud de equívocos. Un par de manos (1939) es el ingenioso, crítico y fluido recuento de sus tribulaciones como trabajadora doméstica en la Inglaterra de los años 30, donde conviven «un sentido del decoro y una conciencia de clase casi medievales» con abusos, picardías, chantajes y también momentos de auténtica juerga.