«De noche, algunos cuentan ovejas y otros leen novelas de misterio. Yo me tumbo en la cama y me pongo a pensar en comida.»
Entretejiendo recuerdos, recetas y relatos delirantes de años pasados entre fogones, la célebre novelista Laurie Colwin ha conquistado a varias generaciones de lectores con este libro que nos invita a redescubrir el placer de guisar para los demás y de comer en compañía como una oportunidad para compartir, para el encuentro y la intimidad.
Sus recetas, que picotean alegremente entre diversas tradiciones, primando siempre la sencillez y la eficacia, están salpicadas de consejos útiles y van acompañadas de anécdotas y recuerdos tan sabrosos como los propios platos. Estas páginas nos trasladan a la Universidad de Columbia ocupada de 1968 y a la cafetería de un centro de acogida para mujeres sin hogar, a las cenas de una familia judía neoyorquina y al porche destartalado de una casa de vacaciones. Con capítulos como «A solas con una berenjena», «Cenas repulsivas: mi testimonio» y «Aleta de ternera rellena: mala idea», Colwin nos colma de anécdotas y nos desvela platos que salieron magn