En él iban, entre otros, el capitán e hidrógrafo Robert Fitz Roy y el entonces incipiente naturalista y geólogo Charles Darwin. Esta famosa expedición permitiría a ambos, así como a todos los que participaron en ella, recoger ejemplares y datos de gran magnitud que produjeron diversos estudios científicos de historia natural; permitió, además, si no completar por lo menos perfeccionar distintos aspectos sobre el levantamiento de esas costas y regiones, estudios hidrográficos, meteorológicos y geográficos. La traducción del diario de Robert Fitz Roy que ahora presentamos nos ofrece el relato de un excelente marino, de un hombre de amplia cultura y relevantes conocimientos matemáticos que se embarcó en una fabulosa aventura que contribuiría a su ruina económica y que, a la postre, influyó en su suicidio.