Tendría que darlo todo por ella.
La mejor opción de Kelly McNeil era refugiarse de su exmarido en casa de sus amigos de la infancia, hasta que Matt Noble, del que había estado enamorada en la adolescencia, le abrió la puerta. Ella se había marchado años antes de la ciudad y se había casado con otro
Matt nunca había tenido el valor de pedirle salir a Kelly, pero el destino le había dado una segunda oportunidad. No obstante, a Kelly le daba miedo poner en peligro su independencia y a sus hijos con un hombre que podría volver a hacerles daño. Así que Matt tenía que demostrarle que valía la pena arriesgarse, y que él era el hombre perfecto, con el que podía contar para siempre.